Nicaragua se sale de la OEA, arma golpista controlada por EEUU
El gobierno sandinista de Nicaragua se sale de la Organización de los Estados Americanos (OEA), condenándola como un “instrumento de injerencia” que “tiene como misión facilitar la hegemonía de EEUU”
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El gobierno sandinista de Nicaragua se salió el 19 de noviembre de la Organización de los Estados Americanos (OEA), condenándola como una “entidad colonialista” dominada por Estados Unidos.
Por varias décadas, la OEA ha sido conocida popularmente en Latinoamérica como el “ministerio de colonias yanqui”.
La OEA siempre ha sido un arma del poder geopolítico de EEUU, pero su actual secretario general, Luis Almagro, infame por su corrupción y extremismo político, ha destruido la reputación de la organización.
En 2019, la OEA orquestó un golpe de estado de extrema derecha en Bolivia, derrocando al presidente socialista Evo Morales, quien fue elegido democráticamente por el pueblo. La OEA inventó acusaciones falsas de “fraude electoral” para justificar la operación anti-democrática.
Siguiendo el ejemplo de Washington, la OEA desconoció las elecciones del 7 de noviembre de 2021 en Nicaragua, pretendiendo hacer otro intento de golpe.
En una carta oficial a Almagro y la OEA, el canciller de Nicaragua, Denis Moncada, dijo que la OEA es un “instrumento de injerencia” que “tiene como misión facilitar la hegemonía de EEUU”.
“No nos reconocemos como colonia de ninguna potencia”, dijo Moncada. Y la OEA es una de las “entidades colonialistas” de EEUU.
Estados Unidos creó la OEA en 1948, al inicio de la primera guerra fría, como una alianza anti-socialista de regímenes derechistas. La reunión fundacional tuvo lugar en Colombia y fue organizada por el secretario de estado de EEUU, George Marshall, un fanático anti-comunista.
Uno de los miembros fundadores de la OEA fue la brutal dictadura nicaragüense del general Anastasio Somoza, cuyo régimen dinástico, patrocinado por EEUU, asesinó, torturó y desapareció a decenas de miles de sus compatriotas.
La Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID), una fachada de la CIA que Washington usó para financiar a la Contra, los escuadrones de la muerte de extrema derecha, en Nicaragua en la década de 1980, admitió en su informe interno en 2018 que la OEA "promueve los intereses políticos y económicos de EEUU en el hemisferio occidental, contrarrestando la influencia de los países que están en contra de EEUU como Venezuela ”.
Cuba fue expulsada de la OEA en 1962, después de su revolución. Y el gobierno chavista de Venezuela se salió de la OEA en 2019.
El mismo año que la OEA patrocinó el golpe de estado de extrema derecha en Bolivia, también reconoció a Juan Guaidó, el títere golpista de Washington, como el supuesto "presidente" de Venezuela. Aunque Guaidó no controla prácticamente nada dentro del país, su régimen paralelo creado por EEUU ocupa el puesto de Venezuela en la OEA.
Después de que Estados Unidos orquestó un golpe militar en Honduras en 2009, la OEA también ayudó a legitimar el nuevo régimen anti-democrático. Hizo lo mismo después de dos golpes de estado derechistas en Haití.
Además, la OEA apoyó las operaciones de desestabilización de Washington en Brasil, donde el gobierno del Partido de los Trabajadores fue derrocado en un golpe parlamentario suave, y el principal candidato presidencial, Lula da Silva, fue encarcelado por cargos falsos, otorgando al candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro la victoria en la elecciones de 2018.
El canciller nicaragüense anunció que el país se salió de la OEA frente a un retrato grande de Augusto Sandino, el rebelde nicaragüense que dirigió una guerrilla revolucionaria que luchó y expulsó con éxito a los militares estadounidenses que ocupaban su país en las décadas de 1920 y 1930.
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que derrocó a la dictadura de Somoza en 1979 y que ha gobernado el país desde que regresó al poder a través de elecciones democráticas en 2006, es inspirado en el legado anti-imperialista del general Sandino.
La salida de Nicaragua de la OEA ocurre en un momento en que muchos países de la región están hablando de reemplazar la organización por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que excluye a Estados Unidos y Canadá.
Este septiembre, la CELAC realizó una cumbre histórica en México, donde el presidente venezolano Nicolás Maduro declaró que la diferencia entre la CELAC y la OEA es la diferencia entre el bolivarianismo (la integración latinoamericana) y el monroeísmo (el neocolonialismo estadounidense).